Las creencias erróneas sobre el funcionamiento del cerebro son de larga data; sin embargo, en el siglo XXI continúan circulando verdades que no son tales. Veamos algunas de las más importantes.
Los seres humanos utilizan sólo el 10% de su cerebro
Para derribar este mito, al que le dedicaré más espacio porque es uno de los más arraigados, es suficiente un ejemplo: cada vez que se levanta la mano para saludar a alguien existe un conjunto de neuronas que se ponen en marcha para reconocerlo.
Luego, comienzan a trabajar las cortezas premotora y motora para que el brazo y la mano se muevan. También intervendrá el cerebelo, que es un área vital para el control de actividades musculares rápidas.
Como normalmente un saludo se acompaña con una sonrisa, participarán regiones prefrontales (involucradas en el proceso cognoscitivo), parte de las neuronas espejo (relacionadas con la empatía) y el núcleo accumbens (si el encuentro con el otro es placentero). «Además», no se activarán las mismas zonas si la persona que saludamos es nuestra madre, un vecino o un compañero de trabajo, alguien a quien se quiere, nos resulta indiferente o lo detestamos. En definitiva:
Cada experiencia humana, consciente o metaconsciente, pone en marcha un conjunto de movimientos que el cerebro jamás podría llevar a cabo si utilizara sólo un 10% de su capacidad.
La inteligencia se hereda
Si bien todo ser humano hereda un patrón único de los genes de sus padres, éste es un componente de base, ya que el desarrollo de la inteligencia depende de un cerebro sano (en el que la nutrición adquiere un rol fundamental en los primeros años de vida), de los estímulos que se reciben del entorno (emocionales, sociales y cognitivos) y, fundamentalmente, de lo que cada persona haga para potenciarla, de hecho, la naturaleza lo ha dotado del maravilloso fenómeno de la plasticidad neuronal, que permite moldearlo segundo a segundo mediante un proceso que se conoce como neuroplasticidad autodirigida.
El cociente intelectual revela el nivel de inteligencia
El CI es una puntuación que se obtiene luego de aplicar un conjunto de test estandarizados para medir las habilidades cognitivas de una persona con relación a otras de la misma edad. Sin embargo, no siempre es indicador de un buen desempeño futuro.
Por ejemplo, en los Estados Unidos se han hecho investigaciones sobre personas que obtuvieron puntajes bajos en el Scholastic Assessment Test (SAT) y en el American Collage Test. Sin embargo, han desarrollado una carrera profesional exitosa.
En Alemania, un estudio realizado por la consultora Egon Zehnder International entre cientos de ejecutivos de primer nivel de ese país, Japón y América Latina, demostró que eran más proclives a triunfar quienes obtenían puntajes más altos en autorregulación emocional en comparación con quienes habían obtenido puntajes altos en cociente intelectual.
En síntesis:
- La inteligencia no es lo que miden los clásicos tests de cociente intelectual.
- Una persona inteligente es aquella que, además de manejar un vocabulario con fluidez, comprender rápidamente lo que lee, resolver cálculos con habilidad, tomar decisiones correctas y alcanzar sus metas, es capaz de relacionarse armónicamente consigo misma y, fundamentalmente, con las demás.